INVIERNO ÁRTICO


Llega el otoño y nos ponemos melancólicos. En vez de huir de la sensación, las monas hemos decidido regodearnos en ella e imaginarnos que estamos en Islandia con el inspector Erlendur. Dan ganas de taparse con el edredón para leerla. Este también es de los nórdicos buenos, transmite soledad y frío, no solo meteorológico.  Esta novela arranca con el asesinato de un niño de 10 años de origen tailandés. No se sabe que hay detrás: pederastía, xenofobia. La sociedad islandesa ha permanecido muy aislada y algunos no asimilan bien la llegada de gentes de otras culturas. Luego está la vida personal de Erlendur, que es casi tan triste como las de las víctimas. Pero está bien escrita y da gusto leerla desde un sitio caliente imaginando los temporales de nieve y la oscuridad del invierno islandés.