LEGADO EN LOS HUESOS


Después del Guardian invisible, estábamos deseando que llegara la segunda novela de la trilogía de la inspectora Amaia Salazar.
La he leído como a mi me gusta, en el puente, de un tirón. Así se mete uno en las novelas a gusto. Empieza con nuestra inspectora embarazada y nuevos casos de psicópatas, profanaciones de iglesias, brujería e invierno en el Baztan. La pobre Amaia, que ya lo pasó mal en la primera, lo pasa fatal en esta segunda. Y además, cuando nace el bebé, ni dormir puede. Hay problemas en todos los frentes: familiar, con los compañeros, con el más acá y el más allá. Y un frío y una humedad que se meten en los huesos. Es la novela ideal para leer arrebujada en una manta y creer que en esos parajes, además de psicópatas, puede haber basajaun, tarttalo, lamias y Mari. No sé si Dolores Redondo les echa glutamato, pero sus novelas enganchan.