SAN VALENTÍN



Tener un nombre acabado en “ín” y no resultar cursi es difícil, vease Crispín o Serafín, pero si encima te hacen patrón de los enamorados y el día que se celebra tu fiesta todo se llena de lazos, corazones y poppy cards, ya es imposible. Y eso que el pobre fue mártir, devolvió la vista a una ciega y lo único que hizo para justificar el pastelón que lo rodea fue casar a parejas cristianas de escondidas. Pero creemos que esto no justifica la ignominia a la que ha sido sometido este santo y sospechamos que detrás de este montaje está el demonio bajo la forma de El Corte Inglés.