LA TOURNÉE DE DIOS



Yo fui una niña lletraferida. Es una palabra que no sé como se dice en castellano, pero que significa que tienes pasión por los libros, que no puedes dejar de leer (letra herida sería la traducción literal). Muchas veces me mandaban a jugar a la calle porque decían que tanto leer no era bueno. O cuando estaba enferma tenía que esconder los libros porque, según mi madre, leer subía la temperatura.Pero yo leía sin parar y sin criterio, lo mismo me daba Enyd Blyton que Valle Inclán. Infantil y de adultos, bueno y malo, todo revuelto hasta que empecé a tener algún criterio, no muy ortodoxo, pero criterio. Cuando murieron mis padres, mis hermanos y yo nos peleamos por no llevarnos las cosas (problema de herencia pero al revés), pero había unos cuantos libros que yo sabía que eran míos sin discusión. Las obras completas de Valle Inclán, de Cornell Woolrich y de Jardiel Poncela. Eran de las pocas encuadernadas en piel, compradas en una librería de segunda mano. Aunque resulte raro, me leí las obras completas de Jardiel Poncela a los doce años. Me encantaba leer teatro y por ahí empecé. Mi favorita era Eloisa está debajo de un almendro. Pero también me gustó mucho La tournée de Dios. El otro día se me ocurrió volverla a leer y me ha vuelto a gustar. Este hombre fue muy moderno para su época. Este libro se pude leer de principio a fin o siguiendo la numeración de los capítulos que no es consecutiva (como Rayuela, pero mucho antes). Cuenta una visita de Dios a España y sus consecuencias. Desde la planificación de la visita por personalidades políticas y religiosas, a la expectación creada y los resultados sorprendentes de la estancia de Dios en Madrid. Me da la sensación de que si Dios se presentara ahora, la situación sería muy parecida, lo que resulta bastante desalentador. ¡Qué poco han cambiado muchas cosas!Si tenéis ocasión, leedla. Merece la pena.

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