Intérpretes: Amy Adams, Jeremy Renner, Forest Whitaker, Michael Stuhlbarg, Mark O'Brien, Tzi Ma, Nathaly Thibault, Pat Kiely, Joe Cobden, Julian Casey, Larry Day, Russell Yuen, Abigail Pniowsky, Philippe Hartmann, Andrew Shaver
Esta mona se cansa de elegir pelis malas de estreno y, encima, luego tener que escribir sobre ellas. Así que esta semana me tiré por lo seguro. Confié en la recomendación de un gran amigo muy entendido y me fui a ver La llegada, que le había gustado mucho. Además la Mona Jacinta, tan generosa como siempre, le había dado tres monas y no sería necesario volver a escribir sobre ella. ¡Qué más da que no fuera de estreno! Necesitaba ver una peli buena. Y va a ser que lo sigo necesitando. El dire tine fama de buen estilista. Forest Whitaker hasta ha adelgazado y todo. Pero ni con esas. Es de esas pelis que denigraran la ciencia ficción por carencia de imaginación, pedantes y nada inteligentes. Tramposa y mentirosa donde las haya. De esas que quieren que creas A porque va a ser Z. Te van dando la información a sorbitos con una selección nada inocente. ¿Conocéis esa gente que empieza a contar algo diciendo: no sé si contar esto o no? ¿Los que se hacen los interesantes, vaya? Pues esta peli es prima-hermana de esos. Si nos ceñimos a los datos objetivos, la prota es una vidente, como las de la tele. ¿Os creéis a se tipo de gente? Yo tampoco.
Ahora, eso sí, es un manual perfecto sobre geopolítica hollywoodiense. Os hago un mapa: los rusos son malos, siempre lo han sido y no merece la pena malgastar el tiempo en sus razones. Los chinos parecen malos, muy malos, los peores, pero en el fondo son unos panes de Dios. Por supuesto que no tiene nada que ver que China solo estrene 20 películas extranjeras al año que, para las que lo consiguen, es un pelotazo que deja a las tramas de corrupción de los juzgados españoles en un juego de niños. Y si queréis un toque caótico que acojone: Venezuela, ¿quién si no? Venezuela se está ganando un lugar privilegiado en el ideario del país del mal para Hollywood. Ah, y por supuesto que los estadounidense son los más listos, los más guapos, los más organizados y los más guay, aunque siempre necesitan a alguien que salve al mundo. Ese es su destino. Los héroes del Siglo XXI son ya heroínas nadando a contracorriente entre un mar de hombres estúpidos, violentos e incapaces y acompañadas de un macho florero al que poco le falta para quedar reducido al tipo que dice: cariño, la pistola, cuando se le cae el arma a su amada mientras lucha contra los malos, malísimos. Al tiempo…
