TRILOGÍA CHICAS DE CAMPO (MONA JACINTA)


Desde que leí Las sillitas rojas estaba deseando leer Las chicas de campo. Por esas cosas de las eternas listas de pendientes, siempre se quedaba atrás. Para compensar me he leído las tres novelas que componen la trilogía seguidas: Las chicas de campo, La chica de ojos verdes y Chicas felizmente casadas. Me han encantado, pero no era lectura para enero. ¡Qué desolación! Creo que no se me ocurre nada más triste que ser mujer en Irlanda en los años 50. Entre la lluvia, la pobreza, la religión y el machismo es para morirse. En la primera novela, Kate y Baba son dos niñas en un pueblo perdido de Irlanda. Kate es hija del veterinario y de una madre que se ahoga en ese lugar y no hace mucho caso a sus hijos. Kate lo tiene aún peor: un padre alcohólico y violento y una madre víctima que acepta el horror como lo normal. De ahí se van las chicas a un internado de monjas que no mejora en nada su vida. Yo pensaba que en las siguientes novelas las muchachas crecerían y se liberarían del yugo de esa tradición opresora. Pero no, las chicas crecen, pero su vida sigue siendo un desastre. No es un melodrama; es un drama con toques de humor ácido gracias al personaje de Baba y una concepción del amor romántico como una losa, una cadena más para sujetar a las mujeres. Ufff, me ha impresionado, pero os aconsejo no leerlo antes de mayo, no quiero tener vuestra tristeza sobre mi conciencia.