Después de asistir a una conferencia de Rosa Montero sobre "La familia de los nerviosos", me entraron ganas de leer este libro. La autora busca la conexión entre creatividad y enfermedad mental. Según ella, la capacidad de crear es un don envenenado que nos conceden las hadas; permite a quienes lo poseen disfrutar de mundos irreales que no puede alcanzar el común de los mortales, pero tiene que pagar un precio: estar mucho más cerca de la locura. Nos muestra muchos ejemplos de escritores y, sobre todo, escritoras que han sufrido mucho. El libro presenta muchos datos de estudios científicos, pero, aunque muy entretenido e interesante, no me parece muy riguroso. Por ejemplo, habla de que hay un 50% más de suicidios entre escritores que entre gente corriente, pero las fuentes no están muy claras. O da como cierto el hecho de que las mujeres que viven juntas sincronizan sus períodos menstruales, cosa que no es cierta. En resumen, pasa muy buen rato con el libro, pero la información no hay que tomarla muy en serio.
