LA MUERTE BLANCA (MONA JACINTA)


Pues ya está. Ya se me ha acabado la Trilogía del verdugo. ¿Qué voy a hacer ahora? Vale que es cierto que siempre me gustan las novelas de Toni Hill (y las he leído todas, puedo hacer una tesis sobre su obra), pero yo le he cogido ley a Lena Mayoral, la criminóloga más lista del mundo,  y necesito más historias. Voy a intentar convencerle de que continúe por una vertiente que ha dejado un poco abierta. Los tres libros que forman la trilogía son: El último verdugo, La hora del lobo y La muerte blanca. En esta última novela, Lena se está recuperando de sus aventuras en La hora del lobo y su relación con Jarque evoluciona favorablemente. El policía planeaba hacerle un regalo sorpresa de un viaje de fin de semana a Viena, pero la vida de los polis es muy complicada y la desaparición de una niña le obligará a cambiar de planes. Mientras tanto, Charlie Bodman, nuestro psicópata favorito, se ha ocultado en Irlanda con una personalidad falsa y trabaja en un pub mientras maquina cómo vengarse de Lena. También pululan por ahí Los hijos de Judas, que también aparecían en la anterior.  Con estos ingredientes, ya podéis imaginar que no os vais a aburrir; aunque tiene más de 500 páginas, se devora. Pasan cosas muy terribles en esta novela. Claro, pensaréis, con psicópatas de por medio, ¿qué esperabas? Ya sé que es lo suyo, que no se puede esperar que un asesino en serie se dedique a los bailes regionales, pero he sufrido mucho con esta tercera entrega, para mí que Toni Hill también tiene una vena maligna. Como siempre, una maravilla.