Mi estantería de pendientes es un agujero negro. Los libros que entran nunca saben cuál va a ser su destino. Los hay que casi ni la rozan, otros pasan un mes y otros mueren sepultados y dudan de que los vaya a sacar de ahí. Tampoco sé a qué se debe el tiempo que transcurre, soy una lectora caprichosa y los elijo por impulsos misteriosos.
La postal llevaba ahí desde las Navidades. Me daba un poco de pereza, quizás por el tema II Guerra Mundial. El caso es que ha pasado ahí más tiempo del necesario. No cometáis el mismo error. Este libro es una maravilla. Maravilla maravillosa, de verdad. La autora inicia una investigación para saber quién mandó a su madre una postal con los nombres de sus tíos y abuelos muertos en Auswitch. A partir de la postal se inicia un viaje al pasado de la familia: desde el nacimiento en Rusia de los abuelos hasta la muerte en el campo de concentración. A la vez, la autora, que no es judía practicante, se pregunta muchas cosas sobre qué significa ser judía en la actualidad. Sé que en este momento en que Israel nos inspira tan poca simpatía (menos mal que no han ganado Eurovisión), no apetece mucho leer sobre este tema, pero hacedme caso. Sin ser ficción, te atrapa, mantiene el interés desde el minuto uno y cuenta una historia fascinante.
Mi estantería de pendientes es un agujero negro. Los libros que entran nunca saben cuál va a ser su destino. Los hay que casi ni la rozan, otros pasan un mes y otros mueren sepultados y dudan de que los vaya a sacar de ahí. Tampoco sé a qué se debe el tiempo que transcurre, soy una lectora caprichosa y los elijo por impulsos misteriosos. La postal llevaba ahí desde las Navidades. Me daba un poco de pereza, quizás por el tema II Guerra Mundial. El caso es que ha pasado ahí más tiempo del necesario. No cometáis el mismo error. Este libro es una maravilla. Maravilla maravillosa, de verdad. La autora inicia una investigación para saber quién mandó a su madre una postal con los nombres de sus tíos y abuelos muertos en Auswitch. A partir de la postal se inicia un viaje al pasado de la familia: desde el nacimiento en Rusia de los abuelos hasta la muerte en el campo de concentración. A la vez, la autora, que no es judía practicante, se pregunta muchas cosas sobre qué significa ser judía en la actualidad. Sé que en este momento en que Israel nos inspira tan poca simpatía (menos mal que no han ganado Eurovisión), no apetece mucho leer sobre este tema, pero hacedme caso. Sin ser ficción, te atrapa, mantiene el interés desde el minuto uno y cuenta una historia fascinante.
