El santoral tiene cosas curiosas, como que te hagan santa llamándote Vioborada, que parece que es nombre de tiparraca. No solo eso; además, fue la primera mujer canonizada por la iglesia. ¿Por qué he elegido a esta buena mujer para el Santoral de las Monas? Porque es la patrona de las bibliotecas y los bibliotecarios. Nació en Alemania en el siglo IX en una familia de posibles. Parece que los padres la querían casar y la llevaron a misa hecha una princesa, toda emperifollada y a caballo, pero Viborada no era partidaria y se bajó del caballo, se quitó todos los perifollos y dijo "hasta aquí hemos llegado". Ella era muy religiosa, pero era reacia a vivir en comunidad (le alabo el gusto) y estuvo un tiempo en San Galo, donde su hermano era sacerdote. Allí se dedicaba a encuadernar los libros de la iglesia, de ahí el patronazgo. Después decidió hacerse ermitaña y pasó un montón de años encerrada, aunque daba sus consejos por una ventana y tenía visiones proféticas. Por ejemplo, adivinó que venían los húngaros a invadir aquellas tierras. Pese a su clara visión de futuro, se negó a dejar su retiro. Eso sí, puso los libros a buen recaudo. Cuando llegaron los invasores, pegaron fuego a su refugio, pero se apagó inmediatamente, que para algo era ella tan buena. Visto el resultado, los húngaros decidieron ir sobre seguro y la mataron a hachazos, que ya se sabe que es muy buen sistema.
SANTA VIBORADA (MONA JACINTA)
El santoral tiene cosas curiosas, como que te hagan santa llamándote Vioborada, que parece que es nombre de tiparraca. No solo eso; además, fue la primera mujer canonizada por la iglesia. ¿Por qué he elegido a esta buena mujer para el Santoral de las Monas? Porque es la patrona de las bibliotecas y los bibliotecarios. Nació en Alemania en el siglo IX en una familia de posibles. Parece que los padres la querían casar y la llevaron a misa hecha una princesa, toda emperifollada y a caballo, pero Viborada no era partidaria y se bajó del caballo, se quitó todos los perifollos y dijo "hasta aquí hemos llegado". Ella era muy religiosa, pero era reacia a vivir en comunidad (le alabo el gusto) y estuvo un tiempo en San Galo, donde su hermano era sacerdote. Allí se dedicaba a encuadernar los libros de la iglesia, de ahí el patronazgo. Después decidió hacerse ermitaña y pasó un montón de años encerrada, aunque daba sus consejos por una ventana y tenía visiones proféticas. Por ejemplo, adivinó que venían los húngaros a invadir aquellas tierras. Pese a su clara visión de futuro, se negó a dejar su retiro. Eso sí, puso los libros a buen recaudo. Cuando llegaron los invasores, pegaron fuego a su refugio, pero se apagó inmediatamente, que para algo era ella tan buena. Visto el resultado, los húngaros decidieron ir sobre seguro y la mataron a hachazos, que ya se sabe que es muy buen sistema.