
Después de ver la primera temporada de la serie del Departamento Q (que os recomiendo mucho), me entraron ganas de volver a la saga y empecé el siguiente:
Selfies. En esta ocasión, un crimen actual recuerda mucho a uno del pasado que se quedó sin resolver, pero esa historia se va a mezclar con otras como un cesto de cerezas y va a enfrentar más que de costumbre a los miembros del Departamento Q con sus compañeros de comisaría. Para complicar más la cosa, un equipo de televisión persigue incansable a Carl Morck para grabar un programa. Por si todo esto no fuera suficiente, Rose sufre una crisis que lleva a sus compañeros a investigar en su pasado. Tengo la sensación de que cada novela es más dura que la anterior, menos mal que el personaje de Assad pone toques de humor que relajan un poco la tensión, porque si no, me da un pampurrio.