 ¡Por fin! He vuelto a Three Pines, que me estaba haciendo mucha falta. Y eso que no era buena temporada; había unas inundaciones terribles. El pobre Gamache tiene montones de frentes abiertos, como siempre. Por un lado, están las lluvias torrenciales y la preocupación por lo que pueda pasar en la región; por otro, ha vuelto a trabajar, pero a las órdenes de su yerno Jean-Guy, lo que hace la situación un poco extraña. Mientras intentan organizar los recursos frente al temporal, trabajan en el caso de una mujer desaparecida. El principal sospechoso es el marido, pero es difícil buscar pruebas de que se ha cometido un delito. Mientras tanto, los personajes de Three Pines siguen con sus problemas habituales: Ruth volviendo loco a todo el mundo, Clara que atraviesa una crisis en su pintura y el bistrot que sigue reconfortando los cuerpos y las almas de los habitantes. Una delicia, como siempre. Quiero irme a vivir a ese pueblo.
¡Por fin! He vuelto a Three Pines, que me estaba haciendo mucha falta. Y eso que no era buena temporada; había unas inundaciones terribles. El pobre Gamache tiene montones de frentes abiertos, como siempre. Por un lado, están las lluvias torrenciales y la preocupación por lo que pueda pasar en la región; por otro, ha vuelto a trabajar, pero a las órdenes de su yerno Jean-Guy, lo que hace la situación un poco extraña. Mientras intentan organizar los recursos frente al temporal, trabajan en el caso de una mujer desaparecida. El principal sospechoso es el marido, pero es difícil buscar pruebas de que se ha cometido un delito. Mientras tanto, los personajes de Three Pines siguen con sus problemas habituales: Ruth volviendo loco a todo el mundo, Clara que atraviesa una crisis en su pintura y el bistrot que sigue reconfortando los cuerpos y las almas de los habitantes. Una delicia, como siempre. Quiero irme a vivir a ese pueblo.






