DEXTER


Ya hemos dicho alguna vez que las monas somos muy del psicópata. Nos pones uno en un libro o una serie y nos hacemos fans. Hay dos clases de psicópatas: el malo- malo y el buena persona.
El primero es el que te aterroriza y hace seguir sus andanzas arrebujada en la cama esperando que no te vea. El segundo es el que, pese a las atrocidades que comete, te cae bien. En esta categoría entran Ripley, Hanibal Lecter y Dexter Morgan.
Dexter es un forense especializado en rastros de sangre que en sus ratos libres asesina gente --solo si se lo merecen--. Te hace estar todo el rato preocupada por que no lo pillen y a mí, que tengo una vena maternal muy acentuada, por lo poco que duerme el pobre. Es que entre trabajar, la familia y los asesinatos se te va el día en un suspiro y el hombre no descansa. Yo creo que todos tenemos un oscuro pasajero, como le llama el protagonista de la serie, y es bastante liberador disfrutar viéndolo en la pantalla. Y bastante seguro. Mientras me divierto con las andanzas de Dexter mantengo a raya mis impulsos homicidas, que también los tengo, no os creáis.