EL LOBO DE WALL STREET (2013)


Director: Martin Scorsese. 
Guión: Terence Winter sobre el libro de Jordan Belfort. 
Actores:Leonardo DiCaprio, Jonah Hill, Margot Robbie.

En el Lobo de Wall street, Martin Scorsese nos muestra cómo esnifar cocaína por el culo; lo divertido que es echar a los federales fuera de un yate tirándoles langostas como si se tratara de tomates; y el modo de destrozar un Ferrari blanco jugando a los coches de choque. Muy bien, quizás todo esto entretenga a algunos y deslumbre a Hollywood pero otros se empeñan en preguntar por la historia. 

¿Y qué historia nos cuenta Scorsese? Es muy sencilla. Chico joven, ambicioso y locuaz quiere mucho dinero. Chico joven, ambicioso y locuaz se enrola en una compañía de brokers de Wall street y consigue su licencia para operar. Chico joven, ambicioso y locuaz comienza a operar el lunes negro de 1987 (es solo una coincidencia; seguro que algún broker comenzó a operar ese día) y, chico joven, ambicioso y locuaz, pierde su trabajo porque su compañía —que no produce nada— quiebra en pocas horas. 

Qué mala suerte. Ya casi nos hemos identificado con el chico joven, ambicioso y locuaz —que no se rinde y se busca la vida para operar con bonos basura. Gana una fortuna. ¡Bien! Crea su propia empresa. ¡Bien! Y se transforma en millonario (48 millones de dólares en un año; lo cuál le molesta porque son tres menos que 'a uno por semana'). ¡Bien, bien, bien! Se hace realidad el sueño ¿americano? Y, de paso, se convierte en un gurú mesiánico para sus empleados y adláteres.

Y estafa todo lo que puede. Y se desfasa todo lo que no quiere. Y todo dentro de la aceptación social más absoluta —que es la que crea el dinero— hasta que un oscuro y triste miembro del FBI —los buenos de antes— consigue acorralarlo para que delate a todos sus empleados, pierda todo su patrimonio y vaya a la cárcel veintidós meses.

Sí, ya se que es un spoiler pero me importa muy poco. La historia termina cuando sale de la cárcel —donde, insisto, solo ha estado un tiempo que se cuenta en meses— y se convierte en un vendedor de fama dando cursos de ventas.

So what?

¿Martin, ni una palabra sobre todos esos imbéciles que se dejan engañar por teléfono creyendo que los anuncios para ricos se refieren a ellos? ¿Ni una sola palabra sobre la ilegitimidad de la estafa legal que todos los días y a todas las horas cometen los brokers de todo el mundo? ¿Ni una palabra sobre los fondos creados con las pensiones de los trabajadores que, manipulados por los tiburones, sirven para cargarse las empresas de los trabajadores que se quedarán sin fondos? ¿Ni una fucking palabra sobre la diferencia entre economía productiva y economía especulativa? ¿Has oído hablar —siquiera oído— sobre la Tasa Tobin? ¿Qué pasa con comprar y vender trigo dentro de cinco años en los mercados de futuros? Explícanos, por lo menos, por qué tenemos que situar nuestros servidores, a cualquier precio, lo más cerca posible —físicamente hablando— de Wall street. ¿Qué sentido tiene pedir prestado para comprar y vender miles de veces en un rato las mismas acciones hasta que suban lo suficiente para dejarlas ir con importantes ganancias?¿A qué cojones jugamos con el señor dinero?

Algunos la califican como el cuento amoral de juventud del anciano Scorsese. E incluso como una… "crítica contra un sistema de valores que nos ha llevado a enterrarnos en una recesión de carácter no solo económico, sino también moral". Yo la defino como acto fallido en tres sentidos: moral, psicoanalítico y socio-político. Hay historias que en estos días cabrean. Y esta me ha cabreado mucho. Le recomiendo que —como boicot— no pague por verla en el cine. Está en internet.

Ah, por cierto: maravillosamente filmografiada (cualquier cosa que eso signifique), como 'Gravity'.

Y, por cierto: el auténtico Jordan Belfort aún debe a sus damnificados 100 millones de dólares. ¿Los trata de conseguir con los derechos de sus libros y su película?