MAYO


Ya os he comentado alguna vez novelas de autores que pertenecen al Colectivo extrañamiento. Como Horror vacui o Días de nieve y decía que menos mal que no soy envidiosa. No, no lo soy, pero este grupo me está poniendo a prueba. Conocí al autor de este libro en Madrid y es joven, guapo, también escribe teatro y esta es su primera novela. Cuando la empecé y vi a un personaje que se ha tapado los ojos con una venda y anda a trompicones por la casa el día que han clonado a la oveja Dolly pensé "esta va a ser la típica novela rara, pretenciosa e insufrible". Tenía que haber visto que era un juicio precipitado y falso cuando en la primera página hay una frase tan buena como "...un día de esos en que Madrid sabe a chicle masticado de mas", pero soy una mona irreflexiva. Por suerte, seguí leyendo y Mayo me ha cautivado. Rara sí es, en el sentido de que no se parece a ninguna otra, pero en absoluto incomprensible, pretenciosa o aburrida. Es apasionante, divertida, con personajes estrafalarios que enseguida parecen de lo más normal y unas imágenes precisas y llenas de fuerza y poesía. El argumento es la búsqueda de Mena, un amor de juventud perdido, por parte de Mayo, su amigo Berna
 --enamorado de un profesor que le hace sufrir-- y Cristina --una transexual amiga de Mena--. Pero el argumento no es lo importante en esta novela, es como si os dijera que chico-busca-chica. Sí, pero qué bien la busca. Nada, este colectivo está abonado a las 4 monas.