No sé por qué, tenía la idea de que esta era una novela inacabada de Dickens, pero resulta que no, es la última completa. La que no terminó es El misterio de Edwin Drood. Enterada de esto, me la compré en un ataque de gula. Tiene más de 1000 páginas y sabía que no todos los momentos son buenos para una novela tan larga. Si te coge en una época de mucho trabajo y poco tiempo, de esas en que lees cinco páginas antes de quedarte roque, no coges ritmo y no disfrutas. Pero al final del verano me decidí y, como siempre con Dickens, he disfrutado mucho. Es una historia larga y folletinesca como solo él sabía hacerlas. Con esos maravillosos personajes secundarios que aportan tanto humor a sus obras. Herencias, huérfanos, malvados y locos alternan con nuevos ricos, una enana modista de muñecas y matrimonios por interés que salen mal. Aún me queda alguna por leer, pero me las voy a reservar. Quizás el próximo verano... ¿Cuántas monas se le dan a Dickens? Por supuesto
NUESTRO AMIGO COMÚN (MONA JACINTA)
2 Responses
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Sí, he disfrutado un montón. Lo único malo que tiene es que no es nada práctico para llevarlo en el bolso y leer en el bus.
¡Lo has terminado! Me lo guardo para el verano porque requiere tiempo, pero con Dickens no te importa esa inversión de horas, ¿verdad? Es que sabes que no es tiempo perdido, que te recompensa. Bss