LAS HERMANAS JACOBS (MONA JACINTA)


Como soy buena persona, decidí perdonarle a Benjamin Black lo de Quirke en San Sebastián y darle otra oportunidad. Me ha gustado mucho más. Ese Dublín triste y lluvioso resulta mucho más creíble para las historias de Quirke. En esta ocasión, aparece el cadáver de una joven judía. Aparentemente, es un suicidio, pero el patólogo no está de acuerdo y comienzan a investigar. El caso parece tener alguna conexión con Israel y con un padre y un hijo alemanes en excelentes relaciones comerciales con ese país. Si normalmente nuestro Quirke es un hombre atormentado, imaginaos después de la muerte de su esposa. Toda la novela bebiendo y montando pollos. No sabéis lo que me angustian las novelas con protagonistas alcohólicos. Me parece que nunca están a lo que hay que estar y me los imagino trabajando siempre con resaca. Un horror. En conjunto, la novela me ha gustado, aunque el final no es de mi gusto.