Se me había olvidado reseñar este libro. Con tanto ir de aquí para allá, no estoy a lo que tengo que estar. Es la primera novela de este autor y esto aumenta su valor. A mí me gustan bastante las novelas en las que sale comida. Esta tiene una parte muy gustosa y otra muy asquerosa. La gustosa es porque el protagonista es el chef y dueño de un restaurante en Londres que aspira a conseguir su segunda estrella Michelín, podéis imaginar los platos que describe. La asquerosa es porque un asesino en serie comete sus crímenes y deja a la víctima sin estómago y con un plato que contiene el bolo alimenticio de una creación culinaria excelente. No creáis que entendí muy bien la parte fisiológica de cómo comen esas víctimas evisceradas, pero bueno, yo enseguida me pongo en situación.El policía que investiga el caso es cuñado del cocinero y le pide ayuda acerca de ingredientes, diseño de platos y otros detalles. Por supuesto, el cocinero no sabe el riesgo que va a correr. La trama es muy dinámica y, si no sois muy escrupulosos, os gustará.
