Esta es la tercera novela que leo de José Francisco Alonso (creo que no tiene más). No dirá el hombre que las monas no somos un público fiel y entregado. Nos encontramos una nueva aventura de Loizaga, el profesor de filosofía, gastrónomo y detective aficionado. Os puedo asegurar que al autor no le asusta el riesgo, se mete en unos jardines... En la anterior yo temía que Iberdrola lo denunciara por algo y ahora enfrenta a la población de Bilbao por género.
La cosa comienza cuando aparece un pene cortado en un apartamento turístico de Bilbao. La ertzaintza solicita de nuevo la ayuda de Loizaga que deberá hacerse pasar por el novio macarra de la jueza Anne Campuzano. Para esta misión, el pobre se ve obligado a dejarse patillas, lo que afecta incluso a su apetito. Por suerte, cuenta con la ayuda de Ama Loizaga, que se infiltrará en un periódico de la ciudad que hace campaña contra la jueza. No os voy a contar más, leedla y disfrutadla vosotros. La diversión está asegurada.