No conozco de nada a Marc Colell y no sé por qué empecé a seguirle en redes. La cosa es que, me hace tanta gracia todo lo que pone y me he vuelto tan fan, que busqué qué había escrito este hombre y me lo compré. Reino vegetal no es divertida, pero es preciosa. Nos cuenta la historia de Carlota, una adolescente de trece años, veranea con su familia en una urbanización de la Costa Dorada. Solo este punto de partida ya me ha conquistado porque yo fui una adolescente que veraneó en una urbanización de ese estilo cerca de Calafell y me sentía tan sola y tan perdida como la protagonista de esta novela. Mi historia no fue tan dramática, porque el mejor amigo de Carlota murió dos años atrás y ha dejado un vacío terrible. Me encanta la capacidad del autor para ponerse en la mirada de una niña tímida y solitaria, en esa época en que los veranos están llenos de descubrimientos: amigos por conocer, el extraño mundo de los adultos, las formas de superar los duelos, el sexo, el alcohol...Todo eso mezclado con referencias a una época, entre los años 80 y 90: la guerra de las Malvinas, el SIDA o las canciones del verano que suenan en una fiesta de fin de temporada en la urbanización (qué maravilla cómo está contada esa noche). La narración utiliza la segunda persona, que es muy infrecuente y difícil, pero que le va perfectamente a la historia y no resulta nada forzada. Muy, muy recomendable.
