
La investigación comienza con el descubrimiento que hace Laura de unos pájaros muertos en el monte que la hacen sospechar que algo raro está pasando. Pronto verá que el tema la supera y, sin abandonarlo, requerirá la ayuda de su hermano ertzaina porque no solo se tratará de investigar delitos medioambientales, sino crímenes, corrupción y unos enemigos que no tienen ningún escrúpulo en quitar de en medio a quien se interpone en su camino. Es una trama muy interesante y, por desgracia, de actualidad. Los protagonistas darían para una saga tan buena como la de Eider y Jon Ander. Es cierto que en la evolución de las novelas de la autora se aprecia que la calidad va en aumento, pero resulta sorprendente una primera novela tan sólida y bien elaborada. He disfrutado mucho con su lectura y no he necesitado hacer ninguna concesión porque fuera una opera prima.
