
Bien está que podamos ir disfrutando de las novelas de Elizabeth Jane Howard después de todo lo que nos enamoramos de los Cazalet. No sé si antes no estaban traducidas o por qué no la conocíamos. Esta quizás no es tan maravillosa como la saga o
Como cambia el mar, pero también es muy buena. Han pasado veinte años de la muerte de Julius que se produjo durante la Segunda Guerra Mundial. Su viuda y las dos hijas se reunen un fin de semana en la casa familiar junto con un examante de la madre (que la dejó cuando murió Julius) y un joven que la hija menor ha conocido en su trabajo en una editorial. Está claro que esa época de guerra y posguerra fue importante para la autora (no me extraña) y sabe describir muy bien la huella que dejó en la sociedad. Siempre me encantan sus personajes, lo bien que describe emociones y sentimientos. Espero que aún nos aguarden tesoros ocultos de Elizabeth Jane Howard.