
Iba yo tan contenta en el coche con Pseudomona, que se quejaba de que nunca le informo de nuestros planes con antelación (es verdad, pero creo que a los hombres hay que darles la información justa).
Pues eso, iba yo tan contenta y de pronto pensé ¿y qué le digo yo a este hombre? "Me gustan mucho tus cuadros", vale, hasta ahí estaba claro, pero algo más habrá que decir ¿no? Afortunadamente Pseudomona es más intelectual que yo y pensé que algo se le ocurriría. Pero todo fue mucho más sencillo. José Ignacio Agorreta tiene un estudio que es un espacio precioso, tranquilo y luminoso, dan ganas de quedarse a pasar un rato allí. Nos enseñó sus cuadros con paciencia y amabilidad, resulta muy fácil charlar con él, no tiene esos discursos abstractos de los artistas que tan perplejo te dejan. No pretende deslumbrarte con palabras. Probablemente porque no le hace falta, ya lo hace su obra. En su página web podéis ver muchos más, pero aquí os cuelgo algunos para que veáis que no exagero.
Resulta difícil explicar por qué te gusta un pintor, y es difícil asegurarle a un amigo que va a compartir tu criterio.


Ya tengo medio Agorreta!
Me encanta Laura