Descubrí a esta autora hace poco y por algún comentario de alguien en las redes. Este es el tercer libro que leo de ella y me resultan siempre muy amenos. Hace poco ha ganado el Premio Nacional de Literatura infantil y juvenil, de manera que maneja varios géneros. Esta creo que es su primera novela policíaca. Carola, la protagonista, es una policía cerca de la jubilación que ha cogido una excedencia y está pasando unos meses en Viena. Ha recibido a través de unos amigos el encargo de clasificar una biblioteca cuyo dueño ha muerto en un accidente (su capacidad para el encargo se justifica por formación y afición). La casa y el dueño de la biblioteca tienen varios misterios, a los que se añade el hallazgo de unos cuerpos de niños enterrados que enfrentan a Carola al peor de sus recuerdos: la desaparición de su hija Alma de siete años sucedida veinte años atrás en la misma ciudad donde ahora se encuentra. Me lo he pasado fenomenal y me encanta que la protagonista de una novela pueda tener más de sesenta años y mantener intereses profesionales y amorosos. Para pasar un buen rato.
