
En esta ocasión nos ofrece una novela de amor, aunque no de amor y lujo. No se me ocurre un escenario más alejado del lujo que una de esas urbanizaciones que se construyeron en plena burbuja inmobiliaria y que nunca llegaron a acabarse. Sin equipamientos, con edificios inacabados, con chalés que tenían pretensiones y vecinos que se esfuerzan por mantener un estatus que ya no se sostiene. Me parece un escenario apocalíptico, propio de una distopía, pero de una de esas que dan mucho miedo por lo pegadas que están a la realidad. Los dos personajes, naúfragos sin nombre, se encontrarán. Alivia del ambiente distópico que en cualquier lugar, por hostil que sea, pueden florecer la amistad o el amor. Me encantan los personajes, me sobrecoge el ambiente, me interesan los secuestros y liberaciones de piedras y me gusta descubrir que, según un personaje, necio es una palabra latente que se activa a los 70 años. No os la perdáis.
